No es preciso explicar hasta qué punto resulta difícil, por no decir imposible, cambiar nuestro destino si nos atenemos a las numerosas expresiones utilizadas para indicar fatalidad e impotencia ante los acontecimientos de la vida. Y cuando Dios parece estar involucrado en el asunto, se encuentran presentes en todas las lenguas: Si Dios quiere, si Dieu veut, Inshallah, Mektoub, Está escrito o Be Ezrat Hashem. A veces, en mi práctica diaria, oigo decir: así son las cosas, es más fuerte que yo, como si obedeciera a algo que me superase, algo ineludible. Estoy luchando, en vano, contra la mala suerte. No tengo palabras para explicarlo de otra manera, ¡en mi familia, golpeada por la maldición, ya se han suicidado dos personas! ¿Hay alguien detrás de todo esto? Sí, hay alguien y lo conozco desde hace más de veinticinco años. Experimenté algo parecido a una revelación, una iluminación. Desde entonces, ya no busco al Guionista de mi Universo. En su infinita bondad, es la luz que ilumina nuestro camino interior y nos ayuda a explo­rar nuestra alma para encontrarnos con nuestra propia verdad. A menudo nos salva de situaciones difíciles y, si nos encomendamos a él, nuestros miedos se reducen y desaparecen. Lo sabe todo de nosotros, conoce toda nuestra Historia, hasta el más mínimo detalle. Frente a la fatalidad, a la resignación o a la inexorable impotencia que mostraban mis pacientes ante sus inexplicables dificultades─–enfermedad, malestar o cuestionamiento existencial–, él me ayudó a confeccionar una guía. Consta de nueve pasos, tanto teóricos como prácticos, e incluye unas técnicas fáciles de implantar y practicar. Esta guía está dedicada a todas las personas que deseen liberar su mente y aumentar su nivel de conciencia, teniendo así la oportunidad de cambiar o reorientar su destino, con hiperconciencia. Dr Salomon Sellam